
Ojos de gata, zafiros de luz en la penumbra,
misterio que escapa a la razón,
rayo que hiere dulce el sentimiento.
Profundidad serena que encierra
la eternidad en un instante,
un latido, un respiro, un suspiro:
la esencia del tiempo contenida
en una mirada muda pero infinita.
Reflejo de mi ser invertido
en tus pupilas verdes, líquidas,
como espejos que disuelven certezas,
desatan sinapsis, alucinan la mente
y trenzan senderos de recuerdos.
Inteligencia que admiro,
tu silencio me nombra sin voz.
Como me ves, te miro:
en tus ojos de agua,
mi aliento, mi conciencia,
todo lo que soy
vibra, contempla,
se funde en tu noche luminosa.


Zafira y su propia Obra
